Visitar Carcasona es como hacer un viaje en el tiempo, hasta 2.500 años atrás. Enclavada en lo alto de una colina, la Cité medieval domina toda la ciudad y se erige como uno de los conjuntos medievales mejor conservados del mundo. Venga a descubrir esta joya de nuestra historia y pasee por sus encantadoras calles empedradas. Es un auténtico viaje de inmersión a la Edad Media.
El castillo Comtal, declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, es el centro de la ciudad. Las primeras piedras de este edificio se colocaron en 1130, y su fisonomía cambió a lo largo de los años, con sucesivas fortificaciones. Fue en el siglo XIII cuando el antiguo palacio de Trencavel se convirtió en château comtal.
Abandonado entre los siglos XVII y XIX, el castillo ha recuperado su antiguo esplendor. Se organizan numerosas visitas para conocer mejor el edificio y el papel que desempeñó en la historia de Francia.
Pero Carcasona es mucho más que una ciudad medieval. Muy cerca se encuentra la parte baja de la ciudad, ahora conocida como la Bastide Saint-Louis, el Lac de la Cavayère, un lugar ideal para refrescarse cuando hace buen tiempo, y el famoso Canal du Midi con sus magníficas esclusas. El Canal du Midi fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996.
Situado principalmente en el departamento de Aude, pero también en los de Ariège y Tarn, el País Cátaro está repleto de magníficos monumentos enclavados en un entorno excepcional. Hogar de numerosas ciudadelas construidas por los reyes de Francia en el siglo XIII, la región alberga también numerosos castillos que merecen una visita por sí mismos. Maravíllese con el patrimonio audois en la ladera de la montaña.
El país cátaro cuenta con no menos de 23 lugares excepcionales, cada uno más impresionante que el anterior. Y entre ellos hay muchas abadías. La abadía de Lagrasse, la de Saint-Hilaire y la de Caunes-Minervois, por ejemplo, son joyas de su época. También le recomendamos una visita a la abadía de Fontfroide, un auténtico tesoro en plena garriga. Su imponente edificio y su cantería ocre y rosa crean un maravilloso juego de luces, añadiendo relieve a un paisaje ya de por sí magnífico.
